La institutriz
La señorita Germaine
Se desmaya en el balcón
Entre mimosas y lluvias
Que aún no se han hecho canción.
Lila y malva, y verde tierno
cambia el campo de color :
tornasol de las mentiras
de un eterno corazón.
Niños lelos le salmodian
tristemente su lección.
(Los números de uno a ciento
vienen tocando el tambor.)
La señorita se ha puesto
la mano en el corazón.
y su abanico apresura
un posible ruiseñor.
Gabriel Celaya