Mi abuelita
Sentada se pasa
horas, horas y horas
no molesta a nadie
y es una reliquia que
guarda mi casa.
Me cuenta leyendas
de tiempos pasados,
y dice que entonces
eran los niñitos
mucho más juiciosos
y muy aplicados.
Tiene los cabellos
blancos cual la nieve,
mi mano a tocarlos
casi no se atreve.
Yo la quiero mucho
¡Pues me quiere tanto !
Teodoro Palacios
Publié
par
M. I. SCRIVAT
Le mardi 20 octobre
2009
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